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No dejo de imaginar lo que pudo ser sábado, 20 septiembre 2008

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En los años 70 se produjeron dos crisis petroleras (1973 y 1979). En España además coincidió con la parálisis del Estado, ya que se estaba procediendo al cambio de régimen. La crisis fué muy grave y afortunadamente se salió con los Pactos de la Moncloa. La UCD cayó y el 28 de octubre de 1982 subió al poder el PSOE, con Felipe González como presidente.

La época felipista duró hasta 1996 y en una primera fase acometió reformas necesarias tales como la reconversión industrial y la modernización del estado. Se distanció de la UGT (su sindicato) y afrontó las primeras huelgas generales de la democracia. La última fase del felipismo se caracterizó por una crisis económica (1992-94) y una enorme corrupción de la clase política en el poder (la época del pelotazo). Recuerdese a Roldán, primer director civil de la Guardia Civil que robó tanto que finalmente huyó hasta con el dinero de la gasolina de los vehículos del cuerpo y con la hucha de los huérfanos.

O recuérdese la estafa de Filesa, que dejó estafadas y sin casa a muchas familias. O qué decir de Juan Guerra (hermano del vicepresidente del gobierno Alfonso Guerra) que tenia montado un despacho oficial chiringo en la Delagación del Gobierno de Andalucia, desde donde gestionaba una lucrativa red de corrupción.

El PSOE perdió las elecciones en 1996, y ganó el PP, pero no por una amplia mayoría como hubiera sido lógico al sufrir la sociedad ese elevado grado de corrupción. Aznar gobernó durante dos legislaturas (8 años) e impulsó las reformas pendientes: privatización de empresas públicas, reforma del mercado laboral y convergencia con Europa para ser admitidos en la moneda única (el euro).

España pasó de no cumplir ningún requisito para entrar en el Euro a cumplir todos, cuando al final del proceso ni siquiera cumplían todos los requisitos Francia, Italia y Alemania (por culpa del socialista Gerhard Schroeder, su nefasto presidente). Fué el presidente Aznar el que impulsó las políticas liberales que se necesitaban.

Y la historia cambió …. Cuatro moritos pusieron unas bombas en los trenes de Atocha y lo que símplemente fue un acto de terrorismo, se convirtió en una desgracia económica para todos, que pagaremos durante muchísimos años, ya que esto propició que subiera al poder el inmerecido presidente Jose Luis Rodríguez Zapatero.

Durante la era Zapatero, los 4 primeros años fueron continuistas, se dejaron llevar por la marea y el fuerte impulso de la era Aznar. Para ello puso al frente de los asuntos económicos a Solbes que cortaba, como podía, las disparatadas ideas de gasto de su gabinete. Pero no se acometieron nuevas reformas y no se profundizó en la modernización del estado. La gente no estaba especialmente descontenta en lo económico en esa época, pero yo siempre imagino lo que pudo llegar a ser si hubiéramos continuado por el buen camino.

Durante la segunda legislatura zapateril sobrevino una fuerte crisis que hizo tambalear las estructuras de la economía Española, y la imagen de prosperidad se derrumbó. En este momento estamos ahora, al comienzo del derrumbe. Otros paises también lo estan pasando mal, pero ellos saldrán de la crisis y nosotros tardaremos. Esto es debido a un factor diferencial llamado Zapatero. Estoy profundamente convencido de que este presidente que nos ha tocado sufrir es un demagogo que provocará está provocando graves daños a la economía y a la unidad de España.

La teoría del Leviatán martes, 5 agosto 2008

Posted by sociolistos in economia, Ideas, política.
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En la Biblia se habla del Leviatán, un monstruo marino con un poder descomunal.

Otra acepción del término es la que hizo el filósofo político inglés Thomas Hobbes, que escribió en 1651 su libro más famoso titulado Leviatán. Hobbes popularizó en este libro la frase «homo hominis, lupus«, el hombre es un lobo para el hombre. Habla del Estado como un Leviatán que, como el monstruo bíblico, se convierte en el soberano absoluto.

En Somosaguas (campus de la Universidad Complutense donde está la facultad de Económicas), todos los economistas que se licenciaron durante los últimos años tuvieron que estudiar los manuales del profesor Fuentes Quintana. Entre esos alumnos de la Complutense se encontraba Miguel Sebastián (el actual ministro de Industria), aunque parece que no recuerda gran cosa de lo que tuvo que estudiar. Una de las preguntas «de quiniela» en la asignatura de Hacienda Pública era, y posiblemente sigue siendo, «La teoría del Leviatán«. Si querías aprobar, tenías que explicar que, según esta teoría, el Estado es como un Leviatán, es un monstruo que devora y consume todos los recursos a su alcance. El Estado crece y crece, y para limitarle es necesario ejercer políticas de contención. Cuanto mayor es el porcentaje del sector público y el Estado sobre la economía total, mayores serán los impuestos y la ineficiencia del sistema. En Europa se ha sobrepasado, en muchos casos, el porcentaje del 50% de lo público sobre el total, lo que estrangula el crecimiento económico. No se si le cayó en el examen a Miguel Sebastián esta pregunta, pero si así fue, probablemente, la dejó en blanco.

Recordemos que, en tiempos de Felipe González, el tipo marginal llegó hasta el 56%. Esto quiere decir que en el Impuesto sobre la Renta (IRPF), las personas que se encontraran en el tramo más alto, por cada 100 pesetas (en esa época se trabajaba en pesetas) de renta adicional, 56 pesetas se las llevaba el Estado y 44 el ciudadano sometido al impuesto. Esto desincentiva claramente el esforzarnos más para aumentar nuestra renta, ya que más de la mitad se lo lleva el Estado. Y tiene otro efecto: incentiva la defraudación fiscal. El famoso dinero negro, o pago en B.

El Estado es como un Leviatán que devora recursos y tiende a crecer continuamente. Es necesario ponerle coto, y para ello se ha de:

  1. reducir la participación del sector público en la Economía
  2. reducir el número de funcionarios
  3. reducir el presupuesto estatal destinado a gastos consuntivos
  4. reducir los impuestos, en especial los directos (renta y sociedades)
  5. reducir los ministerios, en especial los absurdos (vivienda e igualdad)
  6. reducir el peso de las Autonomías y coordinar desde el Estado algunas de sus actuaciones. Por ejemplo, las normas de etiquetado y consumo que en España fragmentan el mercado al ser distintas en cada autonomía. Esto desincentiva al inversor extranjero y aumenta precios innecesariamente.

El burócrata tiende a incrementar el presupuesto bajo su control, y tiende a aumentar el número de empleados (públicos y funcionarios) bajo su dirección. Esto no lo digo yo, lo dijo George Stigler, Premio Nobel de Economía en 1982.

Nuestro insigne ministro de Industria, Miguel Sebastián, que ha crecido a la sombra del PSOE, parece que no ha estudiado bien las teorías económicas, y se le ve con unas enormes ganas de intervenir en la economía.

Probablemente al que mete mano se le quede algo entre los dedos.

Clientelismo político viernes, 25 julio 2008

Posted by sociolistos in España, Ideas, liberalismo, política, socialismo.
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Benito Pérez Galdós, entre su vasta producción literaria, escribió una pequeña novela titulada Miau. En ella se describe magistralmente la sociedad española de finales del Siglo XIX, cuando se alternaban el partido conservador de Cánovas y el partido liberal de Sagasta. Describe una sociedad en la que los partidos defienden únicamente sus propios intereses  y los de sus acólitos.

Tiene frases que están vigentes hoy en día. Veamos algún ejemplo:

  • En relación a los políticos gobernantes: «…están abrumados de compromisos, y no colocan más que a su pandilla, a sus paniaguados, a sus ayudas de cámara, y hasta a los barberos que les afeitan«.
  • Cuando sube al poder el partido amigo entra el dinero en casa. «Porque ese lujo asiático de delantera significa que han subido los nuestros.«

Esto me recuerda lo que le sucedió a algún «empresario» que se hizo en el gobierno de Felipe González, y que languideció hasta la casi extinción durante los 8 años de gobierno del PP. Con la vuelta de Zapatero su negocio volvió a florecer. Qué curioso que su empresa no fuera competitiva durante los años en los que se exigió eficacia. Qué sintomático que, a la vuelta del socialismo, volvieran los contratos con la administración, con el sector público, o incluso con las empresas ya privatizadas, pero que aún controlan vía consejeros e influencia política.

Clientelismo político

En la Wikipedia definen el clientelismo político de la siguiente forma:

«El clientelismo político es un sistema extraoficial de intercambio de favores, en el cual los titulares de cargos políticos regulan la concesión de prestaciones, obtenidas a través de su función pública o de contactos relacionados con ella, a cambio de apoyo electoral.»

Es curioso que en esta entrada de la Wikipedia, en relación a España y al hablar de Clientelismo, se ponga como ejemplo al partido socialista. Por mi parte me gustaría apuntar a alguno más, como el PNV que lleva en el poder cerca de 30 años en el gobierno vasco. El PSOE en Andalucía lleva gobernando 26 años, y ha instaurado el clientelismo en gran parte de su población, así como el miedo al cambio de color en el gobierno autonómico. Otro caso histórico es el del PRI mejicano, que se mantuvo en el poder durante 70 años. Pensemos también en el peronismo argentino que extiende su red de favores, en el chavismo venezolano o en el sistema que se intenta imponer en Bolivia.

No gobiernan para todos, no ejercen el poder para el bien común. Lo que hacen es apoyarse en un sector de la sociedad para mantenerse en el poder, enfrentándose al resto. El PSOE intenta hacerse con grupos de presión fieles:

  1. homosexuales
  2. moteros
  3. inmigrantes
  4. obreros
  5. mujeres
  6. jóvenes
  7. sindicalistas
  8. empleados
  9. empresarios (algunos fieles tienen)
  10. jubilados
  11. discapacitados y sus familias
  12. artistas, cantantes, músicos, sector del cine y la música
  13. sector sanitario
  14. sector educativo
  15. funcionarios y empleados públicos en general
  16. agricultores
  17. ecologistas

Al PP le dejan:

  1. monjas
  2. autónomos (y no todos)

Este sistema al que nos pretenden llevar, NO ES DEMOCRÁTIO, no estructura la sociedad. Un país moderno no puede, no debe apoyarse en esas estructuras clientelares. Esto perjudica a todos en el conjunto, aunque se revista de una apariencia de beneficio particular. Ejemplo: el Programa de Fomento del Empleo Agrario (antiguo PER), que se aplica a Andalucía y Extremadura, proporciona a sus perceptores prestaciones que les han impedido espabilar, que les han impedido buscar por sí mismos salidas a su situación de pobreza. El peor favor que le puedes hacer a un pueblo es subsidiarlo, de esta forma te garantizas que languidecerá durante generaciones, sin tener motivaciones para innovar, para esforzarse. Pero parece que al PSOE este sistema le interesa, a él como partido con la finalidad de perpetuarse, pero no sirve a la sociedad y a las personas que dicen defender.

Flaco favor te hace el que te subvenciona